lunes, 7 de marzo de 2016

Give the World Color


Hay encargos que parece hechos a la medida de uno.

Recientemente me contactó un  cliente con el que ya había hecho otra colaboración hace un par de años.  Puedes ver el resultado de aquel encargo en este otro artículo.

En esta nueva ocasión, el cliente tenía una idea muy clara de lo que quería; Quería recurrir de nuevo a la ilustración para su nuevo proyecto. Quería encargar varias ilustraciones las cuales deberían girar en torno al concepto o la idea de "dar color al mundo". Este cliente,—satisfecho por cómo se resolvió aquella primera colaboración— tenía un interés especial en que fuera yo el encargado de realizar una serie de ilustraciones, en las que de la manera más creativa posible, pero dentro del estilo gráfico que ya conocía, se mostraran diferentes personajes que interprestaran con sus actividades esta idea de "dar color  al mundo"; estas ilustraciones o escenas que definiéramos deberían luego combinarse en una única escena más compleja, interactuando en un entorno de una ciudad en un ambiente positivo y colaborativo.



Desde el principio sentí que era un encargo en el que se  me concedía una gran dosis de libertad y me retaba a proponer ideas originales condicionándome lo menos posible. Fue coger el lápiz y comenzar a abocetar las primeras ideas, para que empezaran a brotar otras nuevas.

Cuando uno está en ese afortunado punto en que fluye la creatividad, no es adecuado pensar mucho de manera crítica sobre lo que se está haciendo. Las ideas van brotando y uno trata de plasmarlas en rápidos bocetos. y unas ideas te llevan a otras. Es posteriormente, quizá con la intervención de cliente, cuando te das cuenta de cuales ideas son más interesantes y funciona mejor  dentro de los parámetros del encargo. A su vez has de reconocer que otros bocetos, que antes parecieron atractivos, caen en terrenos trillados o tópicos. También hay material más disparatado, que puede ser interesante, pero que no se adapta demasiado al encargo.

Lo difícil en este caso ha sido decidir dónde parar y seleccionar, entre todo el material que ha surgido en la fase de los bocetos, aquellas escenas más interesantes. Estaba además el reto de tener que integrar todas las escenas seleccionadas en una única ilustración coral. A mi, personalmente, me agradan más las escenas por separado que el montaje final, algo abigarrrado. Aquí puedes ver tanto el resultado final y como algunas de las escenas realizadas por separado.


De esta experiencia me quedo fundamentalmente con una muy grata sensación de dibujar de manera libre y creativa, y la satisfacción de comprobar que existen clientes que valoran el trabajo del ilustrador (o del creativo del ámbito que sea) y le otorga la confianza para desarrollar su trabajo con una gran dosis de libertad.

Ójala hubiera más clientes con esta sensibilidad y valentía!




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